Hemos sido alimentados una y otra vez con la idea de que lo nuevo es lo mejor. Se nos ha enseñado a impacientarnos con todo lo viejo. Cualquier cosa nueva se supone que es más valiosa y acertada. La idea se basa en una lógica circular, asumiendo de antemano que lo que es nuevo es mejor. Si no conocemos lo antiguo y sólo abrazamos lo nuevo, ¿cómo podemos evaluar si ha mejorado? Pero, ¿qué ocurre si no mejora lo que habíamos tenido, sino que sólo lo reemplaza? Gran parte del contenido que consumimos – incluso las publicaciones en blogs – es temporal en el sentido de estar conectado al momento y que se olvida pronto. Los libros antiguos nos traen un sentido de perspectiva que nos aleja de las modas actuales y de los puntos ciegos. También han pasado la prueba del tiempo, pero los libros nuevos todavía están siendo probados y evaluados. Estas son algunas de las razones, por supuesto, por las que hacemos uso de ellos en estas publicaciones semanales del blog y mostramos cómo aportan una perspectiva con respecto a nuestra situación contemporánea. Si estamos dispuestos a aprender de los cristianos contemporáneos, ¿por qué no de los del pasado? Escuchemos los argumentos a favor sobre el uso de libros antiguos.
He aquí algunas razones por las que deberíamos tomarnos en serio los libros antiguos. Muchos de los libros antiguos se publican ahora de una manera que los hacen más fáciles de leer en términos de su formato y en la explicación de algunas de las palabras difíciles. Es más fácil que nunca hacer uso de ellos.
(a) Los Libros Antiguos nos Sacan de Nuestro Contexto Actual. A veces necesitamos tomarnos un descanso y no quedarnos atrapados en la miopía de nuestro propio contexto. Necesitamos escuchar a personas que se hacen preguntas que jamás se nos han ocurrido. Necesitamos involucrarnos con sus refrescantes y diferentes maneras de responder a las preguntas que nos hacemos. Nos ayudan a evaluar de forma crítica las nuevas ideas.
(b) Los Libros Antiguos Nos Ayudan a Crecer en Nuestro Entendimiento. Tal vez tengan más teología – eso es bueno. A menudo están más llenos de citas de las Escrituras, y por lo tanto nos llevan a la fuente de la verdad con más frecuencia. También tienden a citar y aplicar las Escrituras de una manera diferente a la que nosotros podríamos haber considerado.
(c) Los Libros Antiguos nos Hacen Humildes. Cuando vemos la profundidad del entendimiento y el aprendizaje evidente de los escritores antiguos, nos sentimos humillados. Tenemos muchas oportunidades, recursos y tecnologías que ellos no tuvieron, y a pesar de ello sentimos que estamos caminando entre gigantes cuando los leemos.
(d) Los Libros Antiguos nos Edifican. A menudo alimentan más el alma porque los autores tenían una temperatura espiritual más elevada que la que existe en nuestros días. Nos calentamos por su amor a Cristo y a Su Palabra.
James Durham da sabios consejos en esta área. Él da pautas sencillas que si se consideran verdaderamente nos ayudarían a centrarnos en la lectura más beneficiosa posible. Cuanto menos tiempo tengamos para leer, más selectivos debemos ser. El siguiente es un extracto actualizado de un ensayo que escribió cuyo tema era el leer y el escuchar. Debemos prestar atención a lo que escuchamos y cómo lo escuchamos (Marcos 4:24 y Lucas 8:18); es igual con la lectura. Los libros antiguos que han resistido la prueba del tiempo han sido aprobados por muchos como los más beneficiosos.
Así como debemos tener cuidado de no escuchar falsas enseñanzas, así también debemos tener cuidado de no leerlas. Él advierte contra la «ligereza» y la indiferencia en nuestro leer y escuchar. Nuestros oídos pueden quedar con «comezón» después de algunas nuevas enseñanzas y con un descontento secreto contra la sana enseñanza (2 Timoteo 4:1-4).
La lectura es un medio especial de edificación si se usa bien, pero es un gran paso hacia la destrucción si no es así, como lo muestra la experiencia. Por lo tanto, se ordena a las personas que observen y escojan lo más excelente. No pueden ser indiferentes en esto. Debemos emplear nuestro tiempo sabiamente (como un talento especial dado por Dios). Al leer muchas cosas, nuestro tiempo puede ser malgastado y abusado en gran medida para perjuicio nuestro.
Se requiere de la sabiduría cristiana para hacer una correcta elección. Especialmente considerando que muchos solo pueden dedicar un poco de tiempo a la lectura. Una elección incorrecta significa que se incapacitan a sí mismos de leer cosas que pueden ser más provechosas para su condición y situación. Además, dado que no todos tienen la capacidad de discernir el veneno de la buena comida, las personas deben regular su libertad cristiana en la manera correcta. De lo contrario, se convertirá en descuido y en una trampa. Algunos a causa de sus dones y de su llamado deben familiarizarse con escritos de todo tipo para refutarlos. Sin embargo, no todos deberían tomarse esta libertad para sí mismos más de lo que intentarían debatir públicamente con adversarios de toda índole. La fuerza y el peso de sus errores rellenan sus escritos y nosotros somos incapaces de contrarrestar sus escritos tanto como sus discursos.
1. Lea Libros Recomendados por Cristianos Piadosos
Dedique su tiempo a leer aquellos libros que previamente han sido de beneficio a cristianos piadosos o recomendados por ellos. Tales libros (por así decirlo) han sido probados y degustados como una buena comida en la que no existe peligro, por lo tanto pueden ser utilizados. No hay problema aquí, ya que es fácil descubrir qué libros se consideran comúnmente como tales.
2. Considere las Cualidades del Autor
Considere al autor para ayudar a decidirse si tal o cual libro puede ser utilizado. Otros escritos, ya sean de predicaciones o de cualquier otro tipo, dejarán claro si es conocido por ser sano y serio, como para dar confianza y aventurarse con el libro. Es por eso que los nombres de los autores se insertan en sus escritos con frecuencia (el nombre de Juan aparece con frecuencia en el Libro de Apocalipsis). El nombre de ningún hombre debería tener tal peso como para digerir cualquier cosa sin primero probarla solo porque proviene de él. Sin embargo, puede dar libertad para hacer uso de sus escritos en lugar de los de cualquier otro en quién no hay motivos para confiar.
3. No Lea Libros Ni Autores Rechazados por Cristianos Piadosos
Algunos libros y autores son señalados por los piadosos como peligrosos y no provechosos, y se ha demostrado que lo son mediante la experiencia. Mantenga su distancia de los tales, para que no tenga que probar por su propia experiencia lo que no aprenderá de los demás.
4. Evite los Libros y Autores Desconocidos
Cuando se desconocen tanto los libros como los autores, es más seguro abstenerse de leerlos hasta que los más capaces de discernir descubran lo que son. Mientras tanto, dedique su tiempo a leer aquellos que son incuestionablemente provechosos. Esto significa que no perdemos el tiempo. También se puede hacer con fe, sabiendo que no nos arriesgamos a ser tentados (que no sería el caso al leer libros desconocidos).
Las personas generalmente hacen esto al escoger los médicos para el cuerpo. Escogen a aquellos que otros han encontrado ser hábiles y útiles, en lugar de arriesgarse con aquellos que aún son desconocidos y que nadie ha puesto a prueba. La sabiduría diría que no se debe requerir menos al hacer uso de médicos o remedios para nuestra edificación espiritual; no es menos importante que lo otro. Si estas cosas son percibidas al escribir, leer y escuchar, respectivamente, la Iglesia de Cristo podría preservarse de muchos errores y ofensas. Muchos podrían ser salvados de una escritura y una lectura muy dañina e infructuosa.
Conclusión
Algunos de los libros más elogiados por los contemporáneos de Durham son, por supuesto, The Christian’s Great Interest (El Gran Interés del Cristiano) de William Guthrie y Las Cartas de Samuel Rutherford: The Loveliness of Christ (La hermosura de Cristo), que contiene citas de las Cartas. La Confesión y Los Catecismos de Westminster junto con los documentos asociados, son de vital importancia para la lectura. Uno de los documentos es The Sum of Saving Knowledge (La Suma del Conocimiento Salvífico), un pequeño y valioso libro que refuerza la certeza de la salvación al explicar y aplicar el evangelio. Durham escribió esto junto a David Dickson. Dickson también produjo Truth’s Victory over Error (La Victoria la de Verdad sobre el Error) para defender la Confesión de Westminster en contra de muchos errores.
El propio James Durham predicó y publicó 72 sermones sobre Isaías 53. Estos han sido altamente elogiados. Son una rica presentación de Cristo crucificado como la «médula del evangelio». Su comentario sobre el Cantar de los Cantares explora las profundidades de la comunión con Cristo bajo la experiencia cristiana. Spurgeon dijo
que Durham siempre fue bueno, pero que en este comentario, estaba en su mejor momento. También discutió muchos aspectos prácticos acerca de los principios y el orden de la iglesia. Su obra, Treatise on Scandal (Tratado Sobre el Escándalo) además de ofrecer consejos sabios sobre cómo evitar el hacer tropezar a otros, también lo hace en asuntos de disciplina y gobierno eclesiástico.