¿Existen Retratos Exactos de Cristo?

Un museo de Nueva York está siendo demandado por exhibir pinturas «racistas blanqueadas» de Cristo. Justin Renel Joseph afirma que las pinturas son ofensivas. Ellas «representan la figura histórica y pública de ascendencia hebrea, Jesucristo, como un hombre adulto ario, rubio y de piel clara». Pero en aquella época un nacido hebreo no estaría «capacitado genéticamente» para tener esas características. Para Joseph, es un robo cultural, racismo y un «caso extremo de discriminación». Para él es un asunto de exactitud. Sin embargo, ¿cómo luciría un retrato exacto de Cristo? El único estándar genuino de exactitud es la Palabra de Dios. ¿Cómo podemos hacer uso de ello?

Joseph se describe a sí mismo como un hombre birracial de 33 años de ascendencia hebrea y africana, y cristiano. Él afirma que Jesús tenía «cabello negro como la lana y la piel broceada» exactamente como él mismo. Las pinturas le hicieron sentir «baja autoestima, incomodidad, estrés personal, angustia emocional». También se sintió «rechazado y no aceptado por la sociedad». Su demanda pide que las piezas de arte sean removidas de la exhibición pública.

Exactitud Básica

Joseph se refiere a los «relatos históricos» como una confirmación de las características que Cristo habría tenido. No está claro a qué relatos históricos se refiere. Claramente, no incluyen las fuentes primarias de los Evangelios ni nada de aquel tiempo. ¿Sería exacto un retrato de Cristo con «el pelo negro como lana y la piel broceada»? No, porque las Escrituras no afirman esto. Más importante aún, no nos dice nada sobre ninguna característica en absoluto. ¿Sería fidedigno pintar un retrato de Justin Renel Joseph y mostrarlo como si fuera un retrato de Cristo? No si la exactitud significa cualquier cosa.

Exactitud Doctrinal

Hay una consideración aún más importante. El Señor Jesucristo no era simplemente un hombre «capacitado genéticamente» para tener ciertas características físicas. Como Dios, tomó una verdadera naturaleza humana en unión con su propia Persona Divina. Los retratos de Cristo representan (inexactamente) una apariencia física. Pero no pueden representar a la Persona de Cristo, Él es Divino. La naturaleza Divina no puede ni debe ser representada. Por lo tanto, es imposible representar a la Persona de Cristo con precisión.

Un retrato tuyo solo te representa a ti, a tu persona. Solo tenemos una naturaleza y lo que representa esa naturaleza nos representa a nosotros. Es diferente con Cristo, Él tiene más de una naturaleza y además de eso Su Persona es divina. Esto puede parecer complicado, pero es de suma importancia.

No obstante, al presentar solo una de las naturalezas de Cristo, un retrato representa un Cristo falso. Como dijo Juan Calvino, tales imágenes son las culpables de «borrar» lo que es más importante acerca de Cristo: Su Divina Majestad. Esto también se hizo durante la iglesia primitiva. El Concilio de Constantinopla (Hieria, 753 d.C.) condenó las imágenes de Cristo. Ellas suponen la separación de las dos naturalezas en lugar de verlas unidas en una sola persona. Esta es la herejía del Nestorianismo. (Lea la Confesión de Westminster Capítulo 8:2. Esta brinda una breve explicación bíblica de la verdadera doctrina de la persona de Cristo). Cuando las personas intentan justificar el hacer imágenes de Cristo, caen en la herejía del Nestorianismo.

Exactitud Fiel

La única exactitud posible en relación con las pinturas de Cristo es no tener pinturas en absoluto. Esta es en realidad, la única exactitud fiel (en un sentido de obediencia). Supongamos que alguien deja en su testamento instrucciones detalladas sobre un retrato a realizar de sí mismo. Supongamos que estas se descartan y se hace exactamente lo contrario. Nadie consideraría esto como cumplir fielmente los deseos del pariente fallecido. Parecería la más grande falta de respeto, más que en cualquier otra cosa porque se relaciona con algo de interés personal para éste, un retrato de éste. ¿Cuán mayor es el caso en relación a Dios? Él ha ordenado que no se haga representación alguna de Sí mismo.

¿Cuán mayor es el caso en relación a Dios? Él ha ordenado que no se haga representación alguna de Sí mismo. Ninguna semejanza de algo, de ninguna parte, debe ser usada para representar a Dios. Él ha especificado esto cuidadosamente, describiendo los tipos de representaciones que los hombres podrían querer hacer. No deben hacerlas «para» sí mismos – según su propia imaginación e ideas. Esto incluye imágenes o pinturas de Cristo, así como del Padre y del Espíritu.

Dios se describe a Sí mismo en el Segundo Mandamiento como «un Dios celoso» (Éxodo 20:3-5). Él es celoso de Su gloria y de nuestra amorosa fidelidad en este asunto. También afirma que Él es el Señor nuestro Dios. Esto nos dice que Él es Señor. Solo Él puede declarar y decidir cómo debería ser representado y dado a conocer. Cualquier otra cosa es idolatría. No tenemos ningún mandamiento por parte de Dios para hacer imágenes de ninguna persona divina.

Justin Renel Joseph ha declarado su ofensa personal y angustia ante los retratos de un «Jesús ario». ¿Pero quién ha considerado cómo Cristo mismo ve y responde a cualquier intento de retratar a Su persona? Esto no es robo cultural sino robarle a Dios de Su gloria. ¿Alguien puede cuantificar la ofensa infinita cometida contra Él? Joseph cree que las pinturas del «Jesús ario» transgreden la ley civil. Pero cualquier retrato de Cristo es ilícito, transgrede La Ley de Dios, que es la que realmente importa.

Exactitud Imposible

James Durham escribió una útil exposición de Los Diez Mandamientos. Tal vez nadie haya hecho un analisis más completo del Segundo Mandamiento. El siguiente es un extracto actualizado. Mucho ayuda que él demuestre la imposibilidad de representar verdaderamente a Dios y al Señor Jesucristo. Él comienza señalando que el Segundo Mandamiento no prohíbe hacer todo tipo de imagen. Sin embargo, toda representación de Dios (Quien es el objetivo a ser adorado) es condenada. Toda imagen que es usada de manera religiosa en la adoración también es condenada.

1. Tales imágenes no pueden evitar producir pensamientos no espirituales sobre Dios (ver Hechos 17:29). Esto es contrario al Segundo Mandamiento.
2. Dios nunca se reveló a Sí mismo por medio de ninguna semejanza (Deuteronomio 4:15-16). Él solo se reveló a Sí mismo por Su Palabra a fin de que ellos no tuvieran ninguna base para hacer semejanza alguna de cualquier cosa para representarlo.
3. Es imposible obtener semejanza corporal alguna para retratar a Aquel que es un Espíritu, un Espíritu infinito. Cada imagen debe ser denigrante para Dios. Ello convierte la gloria del Dios invisible en la figura de alguna criatura visible y corruptible. Esto es condenado en Romanos 1:22-23. Cada imagen presupone alguna semejanza. Sin embargo, no puede haber semejanza alguna concebible o imaginable entre Dios y cualquier cosa que podamos inventar (Isaías 40:18 y 25). Estos versículos muestran que el propósito de ellos de representar a Dios a través de sus imágenes fue condenado. No podemos comprender a Dios, los misterios de la trinidad y la encarnación como deberíamos. Si no podemos comprenderlos, ¿qué presunción hay para pintarles?

Por lo tanto:

1. Condenamos cualquier representación de Dios, la Deidad o la Trinidad. Algunas veces estas han sido colocadas en edificaciones o libros. Por ejemplo: el sol brillando con rayos, y el Nombre del Señor, Jehová, dentro de él o de cualquier otra manera. Esto es lo más abominable de ver y un agravio atroz a la majestad de Dios.
2. Condenamos cualquier representación de las Personas de la Deidad. Por ejemplo, retratar al Padre como un anciano, como si fuera una criatura. O retratar al Hijo bajo la imagen de un cordero o un hombre joven. Representar al Espíritu Santo como una paloma. Todo esto le hace un gran daño a la Deidad.

Objeción: Pero el Hijo era y es hombre. Él ha tomado esa naturaleza en Él y la ha unido a Su Deidad. 

Respuesta: Pero Él no es un simple hombre. Por lo tanto, esa imagen que solo representa una naturaleza, y que le hace lucir como cualquier hombre en el mundo, no puede representar a aquella Persona, que es Dios y hombre.

Objeción: El alma de un hombre no se puede pintar, pero su cuerpo sí. Esa imagen sin embargo representa a un hombre.

Respuesta: Sí, porque él solo tiene una naturaleza. Lo que representa a esa naturaleza representa a la persona. Pero no es lo mismo con Cristo. La Deidad de Cristo no es una parte distinta de su naturaleza humana en la forma en que lo es el alma para el hombre. Es más bien una naturaleza distinta y unida con Su humanidad en una sola persona. Cristo es una Persona única, nadie más es como Él. Cualquier cosa que lo represente, no debe representar solo Su naturaleza humana como si fuera un mero hombre. Debe representar a Cristo, Emmanuel, el Dios-hombre. Si no, no puede ser una verdadera imagen de Él.

No hay autorización dada por Dios para representar a Cristo en Su humanidad. No es ni remotamente posible hacerlo a menos que los hombres lo inventen enteramente a partir de su imaginación. ¿Pero puede este llamarse el retrato de Cristo? ¿Podría un retrato completamente inventado ser considerado como un retrato verdadero de alguien más?

Es imposible hacer algún uso de una pintutra de Cristo. Si fue considerada no es diferente o mejor a cualquier imagen de cualquier otra cosa, eso afrentaría a Cristo. Si se le da respeto y reverencia especial a ella, pecamos contra este mandamiento que prohíbe toda reverencia religiosa a las imágenes. Sin embargo Cristo es Dios y el objeto de nuestra adoración. Tampoco debemos separar Sus naturalezas, o bien decir que la imagen o la pintura no representa a Cristo.

Objeción: Pero en el Antiguo Testamento, el Señor apareció a veces en semejanza humana. Otras veces el Espíritu apareció en el Nuevo Testamento como una paloma o como lenguas de fuego repartidas.

Respuesta:

1. Hay una diferencia significativa entre un símbolo de la presencia del Espíritu Santo y la representación del Espíritu.
2. Hay una diferencia significativa entre lo que representa al Espíritu como una de las Personas de la Santísima Trinidad y lo que se asemeja a uno de Sus dones. La semejanza de una paloma descendiendo sobre Cristo fue para mostrar que Él (el Espíritu) estaba tomando su residencia en Cristo. Que lo estaba equipando con dones y gracias, particularmente con santa humildad y mansedumbre sin medida. Su aparición en lenguas repartidas fue para mostrar a los Apóstoles Su transmisión del don de lenguas.
3. No hay autoridad bíblica para dibujarle en estas formas más que para considerar a cada paloma viviente como una representación de Él. Lo mismo puede decirse de la aparición de Dios a veces a semejanza humana. Solo fue para que los hombres pudieran tener alguna ayuda visible para discernir algo de la presencia de Dios. No fue para dar ninguna representación de Él. Estos cuerpos fueron asumidos solo por un corto tiempo como un preludio y una evidencia anticipada de que el Hijo se haría hombre.

Second Reformation Author: James Durham

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