El Descubrimiento de Lutero del Evangelio

No fue debido a las 95 tesis tanto como al posterior estudio de Lutero de La Escritura, lo que cristalizó completamente su entendimiento del evangelio de la gracia. Llegó al libro de Romanos, pero fue parado en seco por la palabra «justicia» en el capítulo uno. Para Lutero, esto significaba la justicia y el juicio de Dios. «Medité noche y día en esas palabras», dice, hasta que por fin, por la misericordia de Dios, presté atención a su contexto (es decir, al versículo 17). Se apoderó de las palabras: «El justo por la fe vivirá». Empecé a entender que en este versículo, la justicia de Dios es aquella por la cual el justo vive por un don de Dios, es decir, por la fe. Y mientras él lo meditaba más, todo el evangelio de la gracia se le abrió y la verdad de que somos justificados por la fe sola. Demos un vistazo más de cerca al versículo que se convirtió en el Descubrimiento de Lutero del Evangelio.

 

Lutero dice «Empecé a entender que este versículo significa que la justicia de Dios es revelada a través del Evangelio, pero es una justicia pasiva, es decir, aquella por la cual el Dios misericordioso nos justifica por la fe, como está escrito: «Mas el justo por la fe vivirá».

«De repente, sentí que había nacido de nuevo y entrado al paraíso mismo a través de portales abiertos. Inmediatamente vi toda La Escritura bajo una luz diferente».

«Recorrí Las Escrituras de memoria y encontré que otros términos tenían significados análogos, por ejemplo, la obra de Dios, es decir, lo que Dios obra en nosotros; el poder de Dios, por el cual nos hace poderosos; la sabiduría de Dios, por medio de la cual nos hace sabios; la fuerza de Dios, la salvación de Dios, la gloria de Dios».

«Exalté esta dulcísima palabra mía, ‘la justicia de Dios’, con tanto amor así como antes la odié con tal odio. Esta frase de Pablo fue para mí el portal mismo al paraíso».

Lutero había luchado durante mucho tiempo en vano por mantener la ley de Dios a la perfección para ser justo ante Él. La idea de la justicia perfecta de Dios como un estándar de justicia lo aterrorizaba. Él lo dice: «Golpeó mi conciencia como un rayo» y «fue como un trueno en mi corazón». Pero él llegó a ver que también está hablando de la justicia de Dios como de un regalo revelado en el evangelio.

Este descubrimiento a menudo es llamado «La Experiencia de la Torre» de Lutero, porque en uno de sus «conversatorios» menciona que estaba estudiando Romanos 1:17 en la alcoba con calefacción (su estudio) de la torre del Claustro Negro en Wittenberg cuando la luz irrumpió sobre él. La verdad de la justificación por la fe sola fue piedra angular en la recuperación del evangelio de la gracia por la Reforma.

A pesar de su importancia, no tenemos mucho de lo que Lutero escribió sobre este versículo. Sin embargo, este verso es provechosamente explicado por John Brown de Wamphray en sus comentarios sobre el libro de Romanos. No es suficiente que Lutero pueda ver la verdad de la justificación por la fe sola en este versículo, necesitamos verlo por nosotros mismos también. Los comentarios de Brown ayudan a extraer la verdad cuidadosamente.

El evangelio es el poder de Dios para salvación a todos los que creen. Esto es porque en dicho evangelio la justicia mediante la cual debemos comparecer ante el tribunal de Dios es declarada y revelada a los creyentes. Esta es la justicia que Dios revela, sin importar si su fe es fuerte o débil; es «por fe y para fe». La justicia mediante la cual debemos ser justificados es aplicada a través de la fe sincera, la cual va creciendo de un grado al otro.

Somos justificados (declarados justos ante Dios) por la fe y no por las obras. La Escritura afirma que somos justos por la fe y que vivimos por fe, por lo tanto, estamos justificados por la fe. Pablo cita de Habacuc 2:4 «El justo vivirá por la fe» o «El justo por la fe vivirá» (se puede leer en ambos sentidos).

No hay Salvación sin Justicia

El Señor hizo tal conexión entre la justicia (como el medio) y la salvación de la vida (como el fin) que nadie puede esperar justicia sin salvación. Dios es «muy limpio de ojos para ver el mal» (Habacuc 1:13). Los «injustos no heredarán el reino de Dios» (1 Corintios 6: 9-10 y Apocalipsis 21:27).

La Justicia Salvífica es Únicamente Revelada en el Evangelio

La única justicia por la cual alcanzamos la salvación no puede adquirida mediante el conocimiento natural. Por muy perspicaces que sean los hombres en otras cosas, por naturaleza ellos no pueden alcanzar esta. Es un asunto que debe ser revelado en el evangelio. No puede ser conocida excepto a través del evangelio porque en él «la justicia de Dios es revelada».

No Podemos Ganar esta Justicia

Por naturaleza, estamos inclinamos a obtener la felicidad a través de nuestras propias obras. Pero la justicia mediante la cual debemos comparecer ante el tribunal de Dios (revelada y dada a conocer en el evangelio) no es una justicia que podamos comprar, merecer o inventar. Es una justicia provista por el Dios infinitamente sabio y por la justicia de uno que es Dios. Por lo tanto, es llamada «la justicia de Dios» (Romanos 3:21 y 10:3) y la «justicia que es de Dios por la fe» (Filipenses 3:9).

Esta Justicia es Recibida por la Fe Sola

Esta justicia de Dios revelada en el evangelio se hace nuestra por la fe. Se aplica por la fe echando mano de Jesús y Su justicia. Es revelada «a partir de la fe» o por la fe.

La Fe más Débil Recibe esta Justicia

El menor grado de fe (siempre que sea verdadera y sincera) recibe esta justicia de Dios revelada a nosotros en el Evangelio. Es «por fe y para fe»; Eso va desde el más mínimo grado o tamaño de fe hasta el más grande.

La Verdadera Fe Continúa Creciendo

Aunque Satanás usa muchos medios para hacer que la verdadera fe falle y muera, ésta continúa creciendo de un grado y tamaño a otro.

La Justificación por la Fe es Esencial

Es esencial que la justificación por la fe se comprendida apropiadamente. Esta es una verdad atacada y oscurecida por Satanás y aquellos a quienes él usa. Todos debemos comprenderla claramente y confirmarla por la Palabra del Señor. Es por eso que Pablo agrega «está escrito».

La Verdad Puede Establecerse Indirectamente

La ley y el testimonio de la Escritura es el medio para distinguir la luz de la oscuridad. Esta es tan amplia que podemos confirmar una verdad partiendo de un versículo donde esa verdad no se aborda directamente ni es necesariamente el propósito principal de dicho verso. El apóstol usa un verso de Habacuc, donde el profeta no está hablando principalmente de cómo o de qué manera las personas son justificadas ante Dios. Más bien, él está hablando acerca de cómo los santos son sustentados y tienen vida por la fe incluso en los días difíciles. La inferencia está justificada de todos modos. Si los justos se consuelan a través de esperar en Dios por la fe en tiempos de angustia, debe ser por la fe que son traídos a vida y justificados.
Si se lee alternativamente, «El justo por la fe vivirá», muestra claramente que es por la fe (es decir, echando mano de la justicia y la sangre de Cristo) que son justos o justificados. Un gran daño es hecho a la Escritura si invalidamos tales inferencias deducidas claramente de ella.

La Justificación es una Verdad Veterotestamentaria

Aunque la justificación por la fe no se describe tan amplia y claramente en el Antiguo Testamento como en el Nuevo, sigue siendo una verdad Veterotestamentaria. El apóstol confirma esta doctrina desde un versículo en el Antiguo Testamento (Habacuc 2:4).

La Justificación es por la Fe Sola

La fe es el único medio por el cual los pecadores son llevados de la muerte a la vida y a la justificación. La fe abraza de todo corazón a Jesucristo para salvación tal y como Él es ofrecido en el evangelio. Somos justos y justificados por nuestra inclinación hacia Él; debido a ello es por la fe que somos justos.

La Justificación y la Vida Eterna No Se Pueden Separar

Hay una conexión inseparable entre la justificación y la vida eterna. Por lo tanto, todos aquellos que están justificados por la fe en la sangre de Cristo, que han huido a la ciudad de refugio y se han amparado bajo las alas de Cristo, pueden estar seguros. Así como ahora están espiritualmente vivos, así serán llevados a través de todas las dificultades y pruebas, y finalmente, heredarán la vida eterna: porque el justo por la fe vivirá.

La Fe que Justifica es Vida

La fe no solo echa mano de la justicia de Cristo para ser justificados, sino que ella también toma fuerza de Cristo como raíz para vivir la vida de gracia y santidad. La misma fe contempla a Dios como reconciliados en Cristo, fiel en todas Sus promesas y atento al bien de vuestras almas en todas las tristes circunstancias. Tienen una vida de consuelo bajo las circunstancias más tristes que les puedan suceder (Gálatas 3:11; 2:20; Hebreos 10:38): los justos vivirán por fe.

La Certeza es por La Fe

La fe como medio designado por Dios para aceptar y abrazar a Cristo y Su justicia les justifica. Por la misma fe (no por obras), reciben nuevas confirmaciones de perdón; para que el justo (o aquel que ya está justificado) viva (en esa condición justificada) por la fe.

 

Second Reformation Author: John Brown of Wamphray

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